Las imágenes con varios colores se imprimen a partir de diferentes capas de color que se van superponiendo. Cada color utilizado en una imagen se imprime de manera individual mediante lo que llamamos “máster”: el equivalente a una pantalla de serigrafía, o lo que viene siendo, la plantilla que se usa para imprimir.
El máster es una hoja que la máquina coloca sobre el tambor (el cilindro que contiene el tubo de tinta) y que se perfora al recibir la información a imprimir desde el ordenador, dejando así que la tinta pase al papel, et voilà, ¡tenemos nuestro papel impreso!