1- Registro

La imprime superponiendo capas de color así que es posible que se produzcan ligeros desplazamientos del papel –fallos de registro–. Para imprimir dos colores el equipo es bastante preciso pero no se puede garantizar un registro perfecto en ningún caso.

Esos fallos de registro pueden oscilar entre 1 y 4 mm por lo que, si te interesa evitarlos en determinadas zonas puedes recurrir al reventado para corregirlos.
El fallo de registro en risografía es algo normal y previsible, es parte de su encanto.

2- Repintado

Las tintas Riso son de secado lento y siempre dejan un pequeño residuo. Al imprimir, las copias se apilan unas encima de otras en la bandeja de salida por lo que puede haya transferencia de tinta entre un pliego y otro, esto es importante de cara a imprimir a doble cara.

Al guillotinar un trabajo impreso por las dos caras, la guillotina aplica presión sobre el taco de papel por lo que puede darse transferencia de tinta entre pliegos; es inevitable. Se puede alzar el trabajo y meter un papel en blanco entre pliego y pliego pero supone un gasto de papel y manipulado extra.

3- Masas

La Riso y las grandes superficies impresas no se llevan bien. La impresión de grandes masas puede causar que el papel se pegue al tambor y resulte en un atasco.

Recomendamos evitar masas al 100% de negro ya que el resultado impreso no suele ser homogéneo: hará “aguas”, es decir, habrá zonas en las que el color se atenúe un poco y parecerá que el papel está mojado.

No superar el 80% de densidad soluciona el problema en gran medida. Si tienes dudas, lo mejor es que nos consultéis :)

4- Marcas de rodillo

Si el diseño lleva mucha carga de tinta,al imprimir, ésta se irá acumulando en los rodillos que arrastran el papel para alimentarlo. Esa tinta acumulada irá pasando al papel, copia a copia, causando las famosas marcas de rodillo, unas rayas horizontales de 2 cm que se aprecian habitualmente en la parte superior del papel.

Tampoco es el fin del mundo ya que se pueden borrar con goma, ¡la magia de la Riso!